LA FLAUTA MÁGICA

Dr. Juan José Bustamante


La última ópera de Mozart escrita en 1791 y escenificada dos meses antes de su muerte fue adaptada al cine por Bergman en 1974. La historia, basada en el libreto de Emmanuel Schikaneder parece un cuento de hadas con aspectos de la realidad y proponiendo como tema central el amor de la pareja, como una necesidad fundamental en el desarrollo de los seres humanos lo que resalta y crítica burlonamente por las poderosas influencias parentales, sociales, filosóficas y políticas, en las que está inmerso el ser humano. Para Bergman las constantes en sus obras fueron la muerte, el eterno conflicto entre el bien y el mal, la mentira, el ser humano ajeno a su propio potencial, la lucha entre los sexos, la crítica al autoritarismo, lo determinante de la niñez.


Las alusiones a la masonería son constantes en la obra, tanto Shikaneder como Mozart, estaban ligados a la logia y escribieron la ópera en momentos políticos en los que esta organización era considerada como peligrosa. Es bien conocido en la actualidad, que la influencia de los principios masónicos preparó al mundo para su transformación constituyeron las bases sobre las cuales se liberaron los pueblos del mundo y se instaló la democracia. Estos principios de fraternidad obrando en la construcción del bien humano, con el objetivo de que cada uno de sus miembros se vuelvan constructores del edificio social. Corriente que dio lugar a un basto movimiento cultural extendido por toda Europa que se reconoce como “la Ilustración".


La manera en que Bergman inicia el filme, con espectadores atentos, de todas edades, de todas las etnias y sin duda de distintas clases sociales, hace el planteamiento de que el arte, alimento del espíritu, es universal, alcanza para todos. Presenta la obertura como estimulante auditivo, delicia de los espectadores cuyas miradas reflejan búsqueda, curiosidad, llegando a plasmar la fascinación en sus rostros, gracias a que lo auditivo se transforma   en imágenes visuales anticipando el proceso creador y su fusión: ópera, teatro y ahora cine.


Primera escena del primer acto, Tamino el príncipe, sueña que es perseguido por un dragón/serpiente frente al que se siente inerme, invoca a los dioses por su salvación, pero he ahí que son tres mujeres quienes matan al monstruo. Acto seguido, las tres mujeres lo liberan de su angustia y le muestran el retrato de la princesa Pamina contándole la versión de su desgracia, de la que esperan Tamino se conmueva y ayude a la reina de la noche al rescate de su hija, la princesa. Me resulta interesante señalar que durante el sueño el príncipe, además de haber sido liberado de su angustia, se encontraba seducido por tres hermosas mujeres. Y en un abrir y cerrar de ojos se encuentra enamorado y comprometido en salvar a la princesa. Mientras Papageno, un joven del pueblo, despierta para continuar su existencia al servicio de la Reina de la Noche, capturando aves para ella. Ambos personajes masculinos son contemporáneos, proceden de condiciones sociales distintas, ambos anhelan a las mujeres y a su manera, a la felicidad. El príncipe huye, implora ayuda con angustia aterradora, lo agobian intensamente las fuerzas de su inconsciente; el pajarero, pasivo, conformista, no niega su necesidad de compañía femenina.


Ambos hombres se encuentran en el territorio de la Reina de la Noche y están dotados de una flauta y un carillón para hacer frente a las vicisitudes que pudieran encontrar en sus misiones. Estos objetos obsequiados por mujeres representan el redescubrimiento de sus atributos lúdicos de la infancia, olvidados en sus procesos de crecimiento y que retornan en situaciones de conflicto. La escena es enigmática pues plantea dos condiciones contradictorias del poder matriarcal, por un lado, aspectos positivos, la energía, la vitalidad, la creatividad, la fuerza y su capacidad de amar; por el otro, aspectos puestos al servicio de fines egoístas, como la sed de venganza.


Las mujeres de la noche le hacen llegar a Tamino un retrato de la princesa Pamina quien al ver su foto queda profundamente enamorado. Después se personifica ante Tamino la misma Reina de la Noche explicándole su drama, que su hija se halla secuestrada por el tirano Sarastro y le implora que la libere de su captor a cambio de su mano. El "drama" de la Reina de la Noche parece verdadero, Tamino se involucra, los elementos del drama son la belleza, la seducción, la mentira, el odio y la complicidad. Su motivo inconsciente la venganza.


Papageno y Tamino son personajes entre los que no existen diferencias de sus necesidades humanas, sin embargo, son opuestos y semejantes al mismo tiempo, uno pertenece a la realiza, el otro es un representante del pueblo. Ambos con necesidades de amar y ser amados. Uno con solemnidad y decisión, el otro con desenvoltura y miedo; ambos se dirigen al reino de Sarastro orientados por tres niños/duendes, como representaciones de la infancia en la transición del reino de la noche al reino del día.

   

Pamina separada de su madre por voluntad de su padre se siente desdichada, se encuentra aislada y asediada por Monóstatos, representante de la "ambigüedad moral". Papageno encuentra a Pamina y distrae a Monóstatos de sus intenciones seductoras y le explica que el príncipe Tamino está enamorado de ella y que vendrá a liberarla transformando su desesperanza en alegría. Mientras Tamino llega al palacio de Sarastro e ingresa él por una de tres puertas, la de sabiduría. Sostiene un diálogo con un individuo que representa la autoridad y de quién escucha una verdad: es cierto que Sarastro ha apartado a Pamina de su madre, pero ha sido para evitar a toda costa que la propia madre malvada influencie a su hija, la princesa.         


Así cambia el curso de las motivaciones de su camino, originalmente trataba de convertirse en héroe, en salvador obediente, valiente y dócil al servicio de la Reina de la Noche, que sufriente y en desgracia, lo seduce en aras de un amor a primera vista, que desarrolló por Pamina. Después de un diálogo con el hombre/sacerdote en el templo de la sabiduría e inmerso en su desengaño toma la flauta para encontrar a Pamina y Papageno, en ese momento viéndose acorralados por Monóstatos, Papageno hace sonar su carillón liberándolos y facilitando un feliz encuentro. Por primera vez Pamina y Tamino se hallan confirmando su alegría en un abrazo que muestra el amor que se profesan frente a Sarastro, quien queda como testigo complaciente al tiempo que condiciona el futuro de la pareja, a través de la iniciación de un camino con la sabiduría de la superación de las pruebas vividas.

por Dr. Mauricio Cortina y Psic. Guadalupe Sánchez Enríquez 13 de febrero de 2025
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por Guadalupe Sánchez 16 de febrero de 2021
¿Por qué lastimamos al personal de salud? Guadalupe Sánchez Semsoac. Julio 2020 La emergencia causada por la enfermedad Covid-19 es un período atípico que altera el estado emocional produciendo angustia por el miedo a morir que reprimimos en la vida cotidiana. Vivimos un malestar social, una condición de trauma social porque no podemos darle un lugar en nuestra propia mente. Se incorpora la experiencia en fragmentos que, inconscientemente se rechazan y que suelen ser dirigidos hacia el exterior, hacia quienes encarnan más vulnerabilidad como el personal de salud. Queremos comprender por qué en México se dan ataques al personal médico y de enfermería a pesar de los llamados a no discriminar, en contraste con otros países en donde se les aclamó espontáneamente como héroes. El psicoanálisis ofrece algunas aproximaciones. La agresión en contra del personal de salud, es una reacción exacerbada de ansiedad insertada en una paradoja para algunos irresoluble: atacar a quien nos puede salvar. Se trata de un estado interno de desorganización mental que carece de la habilidad para discernir cuál es la fuente de peligro o cuál de salvación, porque en estos contextos ambas pueden ser encarnadas en la misma persona como ocurre con las figuras cuidadoras de los infantes que son al mismo tiempo figuras amenazantes. Este paso al acto es un ataque concreto impulsivo e irracional, desesperado por auto preservarse y que trata de eliminar al que cree es agente del mal, percibido como el objeto malo, de odio, culpable de su sufrimiento, disociando lo bueno de lo malo y sin la posibilidad de integrar esos aspectos. El fenómeno va mucho más allá de una discriminación consciente y es más complejo por las motivaciones inconscientes derivadas por una historia socioafectiva previa y un carácter determinado por la situación social económica y cultural en que se creció. En México traemos una historia social de mucha violencia, además una historia de muchos años atrás de maltrato por parte del personal de salud a las y los derechohabientes debido a la falta de recursos en el sistema público de salud. La pandemia re-traumatiza, ¿podrán cuidar de mí para no morir? Observamos respuestas narcisistas de dos tipos. Por un lado, una respuesta narcisista benigna y adaptativa a las distintas etapas de la pandemia, que, aunque niega temporalmente lo que está pasando: “a mí no me va a pasar”, “yo no me voy a morir” que reta inicialmente, pero que evoluciona y enfrenta eventualmente las señales de la realidad. La segunda es una respuesta narcisista de tipo maligna no adaptativa, que es delirante, persecutoria, y que, según Freud, yace en los mecanismos más inconscientes y primitivos de todos los seres humanos que implica omnipotencia del pensamiento, con vivencias de daño, castigo y violencia que destruye. Consideramos que las personas con una historia biofi lica y amorosa serán solidarios, cuidadosos de los demás y podrán tolerar con mayor fuerza esta adversidad. En cambio, cuando vemos estas respuestas violentas encontramos que la desesperanza es alta. Cuando hay desesperanza para poder cambiar la realidad, se es más propenso a lastimar a nuestros seres significativos. Esta aproximación nos permite concientizar que en situaciones extremas nadie está exento de sentir desesperación frustración e impotencia y pasar inconscientemente a la agresión. También es una invitación a que es posible conscientemente tomar acciones balanceadas para “aplanar la curva de la discriminación”. Psicoanalista del Seminario de Sociopsicoanálisis A.C. Agradezco a mis colegas: Dr. Juan José Bustamante, Dra. Patricia González y Dra. Angelica Rodarte su colaboración para esta reflexión. lupssan@hotmail.com
por Patricia González y Guadalupe Sánchez 16 de febrero de 2021
Las guardianas de la salud Tiempos de covid19 en México Patricia González Duarte y Guadalupe Sánchez Seminario de Sociopsicoanálisis AC (Semsoac) Miembros Fundadoras. Julio 2020 Vivir bajo una condición de emergencia sanitaria, una contingencia que nos confronta todos los días con la muerte, se vuelve una condición de trauma para los ciudadanos y para el personal de salud en especial. Las enfermeras, los enfermeros, así como el maestro y las maestras que gozaron en el pasado de una posición de respeto en la sociedad, se fue perdiendo con la modernidad, incluso se infravaloró. ¿Cómo y cuándo se perdió el vínculo con las enfermeras? En medio de esta infravaloración llegaron a la actual crisis sanitaria. Un mes después de que comenzó la pandemia, en Abril 2020, se supo por los medios de comunicación de agresiones al personal de salud, muestras nada solidarias; se les agredió física, social y psicológicamente, se les discriminó, amenaza y hostigó. Los daños iban desde un improperio hasta arrojarles bebidas calientes o cloro, o bien golpearles en un caso, en cuya defensa la enfermera se fracturó dos dedos. Se amenazó en una ocasión con prender fuego a un hospital si se reconvertía a Covid o se les negó la entrada a lugares públicos como supermercados, al transporte público e incluso que entraran a su domicilio. Los agresores fueron hombres o mujeres desconocidos, extraños en la calle, familiares de pacientes hospitalizados o bien de entre el mismo personal de salud e conflicto por tanto estrés laboral. Se trata de un fenómeno que sorprendió al mundo. Proviene de la ignorancia dicen los comentaristas y de los fuertes prejuicios por discriminación. En realidad psicológicamente proviene de un psiquismo con un complejo funcionamiento narcisista que demuestra graves errores de juicio y falta de objetividad, por el miedo extremo a l a enfermedad y a la muerte imposible de regular. La falta de control de impulsividad les lleva a cruzar los límites de lo socialmente aceptado y permitido. La angustia extrema inculpa a las enfermeras de diseminar el virus “a mí no me va a contagiar” antes los lastimo, lo cual causa socialmente indignación. Las guardianes de la salud fueron así estigmatizadas y violentadas. Al mismo tiempo en contraste, han surgido por parte tanto del gobierno, como de empresas privadas, así como de la ciudadanía estrategias para combatir la estigmatización, y frenar la agresión, sensibilizando sobre su difícil situación, valorando su labor, proponiendo en redes sociales y en los medios de comunicación, reconocimiento, a través de aplausos, serenatas y menciones, se pide agradecimiento (en algunas colonias como la de Valle se les celebra como en España) solidaridad y protección, poniendo a su disposición transporte y hospedaje en cuartos de hoteles o en Los Pinos así como alimentación. En México nos tocó la pandemia 2020 en un año de transición de un nuevo gobierno democrático elegido en junio de 2018 y que tomó posesión en diciembre de 2019, en la cual, el personal de salud cobre un papel el más relevante. Atiende a los enfermos de Covid-19 presentando, desde nuestro punto de vista, un sufrimiento emocional incalculable. Además del alto estrés laboral exigidos por la emergencia más allá de sus fuerzas para realizar sus propias tareas dentro del hospital, el dolor de verse contagiados o sus compañeros o el duelo que se pospone cuando colegas mueren por contagio, el agobio de extremar precauciones y la necesidad de estar hiper atentos para realizar adecuadamente los procedimientos de protección y prevención contra el contagio. Descuidarse es un peligro latente para a su vez ,no contagiar a su familia con la que viven. Es importante señalar que cuando se agrede a un solo integrante de la salud o muere por contagio, el dolor termina siendo para todo el gremio. El personal de salud ha reaccionado a través de su jefa solicitando en las conferencias de salud y hasta con lágrimas respeto, que les permitan trabajar con tranquilidad, hacer lo que saben hacer. La tristeza y el coraje que sienten tienen que ser reprimidos manifestándose en molestias físicas y síntomas psicopatológicos ya que no pueden responder con violencia ni expresar sus emociones, se saben indispensables y cruciales en este momento en el desempeño de sus funciones a favor de la vida. Históricamente el personal de enfermería, ha luchado desde el siglo pasado para que se les considere como profesional calificado para dar cuidados de calidad. Tienen arriba de ellas una jerarquía médica de carácter autoritario predominantemente, aunque sean licenciadas en enfermería, algunas con estudios de postgrado. Son responsables de los enfermos y su privacidad, el contacto con la familia, el principal enlace entre esta familia y el paciente. En muchas ocasiones guían y son el soporte y respaldo de médicos internos, residentes y personal de base, no son meras ayudantes dependientes de ellos para realizar sus procedimientos, suelen ser proactivas y tener iniciativas y recibir la alta demanda emocional de los familiares. En general, son sensibles y desarrollan mecanismos de defensa ante el dolor físico y emocional, reducen y o tratan de evitar el sufrimiento humano, ayudan a prolongar la vida, controlan riesgos, también su objetivo es curar enfermedades, así como rehabilitar, recuperar y promover la salud. Suelen ser receptivas y sensibles ante la ansiedad, depresión e incertidumbre y mucho más ahora con el paciente Covid 19 hospitalizado, grave e intubado. Como la investigación ha revelado, las cuidadoras (mayoritariamente mujeres) de personas enfermas, con discapacidad o vejez, están expuestas a lo imprevisto, a la muerte y por supuesto al burnout o desgaste profesional y es natural e inevitable que vayan desarrollando mecanismos de defensa que les lleva a reaccionar muchas veces con distancia, frialdad o indiferencia. Cada vez que una persona muere, el personal de enfermería se enfrenta de manera inconsciente con su propia muerte y vulnerabilidad, sus emociones oscilan entre su servicio ´el deber de la vida y la conciencia de morir´. Su rol es parecido al de una madre. Pero permitámonos conocer según nuestra experiencia tratando en psicoterapia a enfermeras y médicas, cómo es un día hábil en la presente emergencia y así comprender la mística y vocación de estas profesionales de la salud, su parte humana. Durante el día laboral en sus ocho horas de trabajo-que se convierten en más horas dado que se ayudan entre sí- no comen, no duermen, no toman agua y no van al baño y no lo hacen porque tienen que vestirse, con tres o cuatro capas de ropa esterilizada con la que se están protegiendo y prefieren no moverse, ni quitarse los gogles, caretas o guantes, ya que tardarían mucho más de lo que se tardan habitualmente. No quieren desperdiciar material que tiene que irse a la basura especial o volver a ser después esterilizado. Tampoco se sientan porque las condiciones de atención a un enfermo pueden cambiar súbitamente. Se quejan de problemas varios, como de várices, o inflamación cuando diariamente tienen que estar haciendo otros procedimientos, dentro del hospital, de preparar cadáveres para que se los lleven, ayudar a la identificación, etc. Además, enfrentan pacientes que se ponen nerviosos porque no ellos dicen no saber si hablan con un hombre o una mujer, no se ve la cara ni las expresiones faciales, razón por la cual decidieron portar un gafete con fotografía y su nombre. Lo que más les preocupa y da miedo es la intubación endotraqueal, porque se abren las vías respiratorias y se exponen directamente frente al virus. Comentan que también platican con sus pacientes sobre su vida, sus preocupaciones y ofrecen contención de manera intuitiva a las emociones derivadas del aislamiento y de la separación brusca de su familia, por si fuera poco, y con las energías que les quedan sirven de enlace entre pacientes y familia a través del celular. Todo lo anterior les trae consecuencias que es necesario conocer para brindarles el reconocimiento que merecen por este sacrificio único y especial que les toca inevitablemente. Las mascarillas ejercen presión sobre el cuello, les jala hacia delante y las encorva, la presión sobre los músculos de la cara les deja marca y a algunas pieles les hace heridas, los lentes además de empañarse lesionan la piel, las batas protectoras los mantiene permanentemente húmedos por el calor del cuerpo y el sudor, los dedos de tan húmedos que quedan se les forman pequeñas heridas. También con los hombres está sucediendo esto. Como consecuencia de lo anterior, algunos miembros del equipo de salud desarrollan dermatosis, se deshidratan, están presentando problemas renales, es decir la están pasando muy mal lo que tiene incluso consecuencias psicológicas, experimentan signos de depresión, ideas de muerte, agotamiento, desesperación, ataques de pánico y requieren contención y apoyo psicoterapéutico. Como profesionales de la salud mental recomendamos la necesidad de darles apoyo y contención emocional por el estrés laboral y toda la carga psicológica que cotidianamente enfrentan durante esta situación de crisis, para evitar que pierdan la confianza, la seguridad y la esperanza. El tema requiere realizar la investigación conducente para comprender y prevenir fenómenos sociales como este.
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