El humanismo radical de Erich Fromm como una base para la creación de una GUÍA ÉTICA para México
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El humanismo radical de Erich Fromm como una base para la creación de una Constitución Moral para México: hacia un manifiesto humanista
Dr. Mauricio Cortina
Psic. Guadalupe Sánchez
30/04/2019
El presidente Andrés Manual López Obrador ha convocado a grupos religiosos, humanistas, filósofos, psicólogos, sociólogos y antropólogos a crear una constitución moral para la nación. Sometemos a consideración para este proyecto la obra de Erich Fromm, uno de los más grandes humanistas y pensadores del siglo XX que vivió en México 23 años. Su compromiso y amor a México quedo expresado de numerosas maneras, entre ellas el escribir un libro con Michael Maccoby rigurosamente científico sobre del impacto que factores históricos, sociales, culturales y económicos sobre rasgos de carácter compartidos por diferentes grupos de campesinos (lo que llamo carácter social) en un pueblo mexicano compuesto de más de 600 habitantes. Entre otros descubrimientos importantes, el estudio documento el impacto traumático a hijos e hijas cuyos padres habían sido obligados a servir como peones en el sistema de semi-esclavitud de haciendas que existieron durante 3 siglos previo a la revolución mexicana. El estudio encontró que el impacto de este sistema inhumano y opresivo todavía se podía ver en índices de violencia y alcoholismo mucho más alto en los descendientes de este sistema, que en campesinos que no habían sido parte de este sistema opresivo y violento. El estudio también encontró que los descendientes del sistema de haciendas eran menos productivos en cultivar sus tierras que los campesinos que no habían sido parte del sistema.
En sus numerosos libros, pero sobre todo en Ética y Psicoanálisis (1948) y El Arte de Amar (1956) Fromm describe los bases y fundamentos para una Ética Humanista universal describiendo sus raíces en pensadores tan diversos como Aristóteles, Spinoza, Vico, Goethe, y Marx y en algunas tradiciones religiosas judías y cristianas y budistas que hacen acento en amor, solidaridad y compasión hacia los demás. En un libro posterior La Anatomía de la Destructividad Humana (1973) exploro las bases evolutivas, culturales y sociales de esta visión humanista.
Valores fundamentales de la orientación humanista:
1. La meta fundamental del humanismo es el desarrollo pleno de cada individuo. El desarrollo humano pleno es definido como una orientación productiva que promueve nuestras capacidades de amar, de libertad y autonomía, de solidaridad social, de respeto mutuo y la responsabilidad. Todos los exponentes de la ética humanista coinciden en que el hombre encuentra su realización plena solo en relación y en solidaridad con sus semejantes. El amor al próximo no es una característica que trasciende al hombre, es el algo inherente y que irradia de él. De la tradición judeo-cristiana Fromm incluye el amor al extraño como uno da las capacidades altruistas más nobles de nuestra especie.
2. Fromm define la responsabilidad como la capacidad de escuchar nuestra propias necesidades y emociones y responder a las comunicación, necesidades y emociones de los demás. La respuesta más productiva es la que responde lo que es más vivo en los otros y en nosotros mismos. Fromm describió esta responsividad como la biofilia o amor de la vida, y la considera como una de las expresiones mejor desarrolladas de una orientación productiva humanista.
3. Fromm describe este conjunto de capacidades productivas como un síndrome de crecimiento. En contraste con el síndrome del crecimiento Fromm describe la psicopatología como el resultado de un desarrollo que incide en forma adversa en la formación de personalidades autónomas con la capacidad de amar y afirmar la solidaridad humana. Algunas expresiones de esta deformación y patología individual y social pueden verse en personalidades autoritarias, en la creación de ideologías e idolatrías que justifican y sustentan el poder basado en la fuerza y la impunidad, en relaciones sadomasoquistas, en el narcisismo individual y grupal, y en impulsos destructivas de odio, venganza y crueldad. En su extremo patológico Fromm describió la destructividad humana como un síndrome de decadencia necrofílico-caracterizado como una atracción a lo muerto, al orden desvitalizado, a la crueldad y al sadismo en sus manifestaciones más horrorosas. Todos tenemos los mismos potenciales humanos para el crecimiento y para la psicopatología. Como le expresa Fromm, la humanidad tiene un genio parar el bien y para el mal.
4. Cada individuo contiene los gérmenes de toda la humanidad y al mismo tiempo es único y singular. El respeto a nuestra humanidad común y a nuestra singularidad individual es la base de la dignidad humana. Un principio humanista básico es afirmar nuestra humanidad común en vista de las muchas diferencias que nos pueden separar. Estas diferencias pueden ser basadas en el color de piel, el género, orientaciones sexuales, diferencias temperamentales y de personalidad, diferencias culturales, religiosas y económicas. El poder dialogar sobre estas diferencias para poder encontrar lo mucho que nos une como seres humanos tiene que ser basado en el respeto mutuo y la dignidad que se le debe a cada persona por ser miembro de la especie humana.
El desarrollo pleno no se puede concebir sin en apoyo de políticas públicas que favorecen entornos familiares y sociales que apoyan y estimulan el desarrollo autónomo y la capacidad de amar. Las políticas públicas deben ser evaluadas en términos de si obstaculizan o fomentan el desarrollo humano. Fromm pensó que la transformación de la sociedad es esencial para desarrollar un carácter social productivo. Sin este desarrollo se pondría el peligro el futuro de la humanidad. Esta visión de Fromm resulta cada día más urgente. Modelos económicos que crean desajustes económicos devastadores y desigualdades sociales brutales no son sostenibles. Degradan y destruyen el tejido social y convivencia social que une a individuos y grupos en comunidades. No es posible responder al reto fundamental de nuestra especie de limitar y frenar calentamiento global y sus consecuencias desastrosas para la humanidad si no creamos sociedades justas. Sin sociedades justas no vamos a lograr crear la cooperación que necesitamos a niveles locales, nacionales e internacionales para crear economías y tecnologías basadas en energías verdes.
Las bases de este desarrollo económico y social deben obedecer a los siguientes principios:
1. El objetivo de todos los acuerdos sociales debe ser el bienestar humano y la prevención de patologías individuales y sociales.
2. La producción debe servir a las necesidades reales de las personas, no a las exigencias del sistema económico.
3. Debe haber una relación de cooperación, no de la explotación entre las necesidades humanas y el respeto al medio ambiente y a la naturaleza.
4. Debemos fomentar el consumo sano, no el consumo máximo.
5. El antagonismo mutuo entre personas y grupos sociales debe ser sustituido por la solidaridad y la cooperación.
6. Debemos armonizar modelos económicos basados en la competencia y en los mercados libres con modelos económicos basados en desarrollar sociedades más igualitarias y cooperativas. Debemos crear un piso parejo para millones de individuos y familias pobres con recursos económicos escasos proveyendo acceso una canasta de alimentación básica, buenos servicios médicos y una buena educación. Con ello podrán competir y encontrar empleos que provean lo suficiente para vivir en forma digna.
7. Desbebemos fomentar vínculos familiares que promueven la seguridad y la autonomía entre padres e hijos e hijas y entre miembros de la familia. Debemos promover la educación que apoyan normas prosociales desde la infancia. Una de las mejores inversiones sociales es apoyar y fomentar familias en donde impera el cuidado y el respeto a las necesidades emocionales de los niños y niñas para su desarrollo sano.
8. La sociedad tiene que crear y fortalecer instituciones sociales que protegen y fomentan la justicia y las normas prosociales. Nadie puede gozar de privilegios que lo pongan por encima de la ley.
9. Ninguno de estos principios se pueden sostener sin una participación activa y la educación continua de todos los ciudadanos.
10. Ningún progreso de este manifiesto humanista puede ser visto como permanente. La historia nos enseña que hay retrocesos en ganancias que habíamos considerado irreversibles. Como dijo Jefferson, el precio de la libertad es la vigilancia eterna. Tiene que haber una lucha permanente para acercarse a este ideal humanista.
Ideas:
- la importancia del apego de la escucha profunda a las madres sobre sus emociones su vida y la de sus hijos
-Los valores comunitarios, la fraternidad, solidaridad, generosidad, colaboración
-los cinco entrenamientos de la atención plena: protección de la vida,
felicidad verdadera, amor verdadero, palabra amorosa y escucha profunda, transformación y curación. Centrados en la práctica de la comprensión y la compasión que indican el modo adecuado de responder a las alternativas diversas o nocivas que nos ofrece la sociedad
acuerdo de paz con nuestro cuerpo, con nuestros sentimientos y emociones, con nosotros mismos, con los seres queridos y con los demás en nuestro entorno, incluyendo nuestros enemigos
-la revolución de la esperanza Fromm, la cap. V pasos para la humanización de la sociedad tecnologizada pág. 98


