Cuatro notas de amor

Dr. Juan José Bustamante Rojano


Se trata de una ópera prima dirigida por Dustin Hoffman en el 2012 y estrenada al año siguiente, en la que muestra con la sensibilidad de un experimentado actor y el dinamismo de un novato director a sus 78 años el balance que al final de la  vida se puede alcanzar cuando las condiciones sociales son propicias aunque estas  se vean amenazadas. La historia es una divertida comedia pues en ella rebozan las escenas chuscas, y  también es drama ya que las emociones puestas en juego conmueven  durante todo el film. Se trata de la vida con significado.  Va mas allá del simplismo de decir que se trata de la historia de la casa Beecham, una casa hogar para músicos retirados, sostenidos por la cultura de los donativos y las aportaciones altruistas que les permiten vivir de manera hasta cierto punto envidiable. Si bien es cierto, eso no resuelve las cosas, porque en el mundo globalizado, las aportaciones parecen escasear, tales financiamientos están dirigidos ahora a propósitos “mas redituables”, en nuestra era llamada ahora como la de la modernidad líquida en la que predomina lo de hoy, lo nuevo…….Los miembros de la casa Beecham son una familia, su amor al arte los sostiene cohesionados con un fin común, sobrevivir, persistir con dignidad; tienen que seguir inventando maneras de estar en el mundo, y así, cada año, implementan y preparan “una gala” que les permitirá reunir fondos para llegar hasta el siguiente año. Organizarse a pesar de los déficits y limitaciones que impone la vejez es un hecho que la película resalta de manera esperanzadora. El grupo angustiado, preocupado y ocupado en un fin común, cada uno haciendo lo que mejor ha hecho en su vida, organizan felizmente su evento anual a propósito de Verdi.


Hay que recordar que el primer fondo de caridad para músicos fue en 1738, en Inglaterra,  y curiosamente se denominó: “fondo de apoyo a músicos de dientes cariados y sus familias” promovido por Georg Fredeich Hëndel principalmente, quien en 1739 dirigió el “Oratorio de la fiesta de Alejandro” para tales fines.


Regresando  a la película, el director va profundamente más allá de la idealización de la vejez. Va mostrando las dificultades mas frecuentes en esa etapa de la vida.


A través de diálogos y escenas realizadas con extraordinaria naturalidad (tal parece que los actores no estaban actuando, estaban siendo ellos mismos) nos ubica con precisión en la vejez. Esa etapa cuando la curiosidad termina, cuando se empieza a mirar atrás, hacia el pasado con nostalgia, hacia el futuro y el presente con aprehensión y sentimientos de incertidumbre. Cuando se tiene la idea de que se sabe todo y que todo se ha experimentado es que la vejez ya se ha instalado (aunque no nos sorprende que esto también ocurra en personas de 30 ó 40 años).


Intrínsecamente, el problema de la vejez es la amenaza de destrucción física, orgánica. Extrínsecamente son los factores socioeconómicos y otras frustraciones. La torpeza física conduce a la inseguridad inquietante que a su vez provoca rigidez en un flujo medioambiental que demanda readaptaciones constantes. El manejo de situaciones nuevas requiere de la eficacia y de la integración del “yo”. El aislamiento y la soledad son consecuencia de la dispersión y/o la muerte de amigos y/o familiares.


Sabemos que cada pérdida requiere de la elaboración y reparación para recuperar el equilibrio y así funcionar óptimamente. También, cada pérdida, libera energía que estaba investida previamente en el objeto perdido pero que ahora necesita un nuevo objeto para volver a vincularse. Hay así, una búsqueda de substitutos, pero en la vejez, escasean los posibles personajes para establecer ese vínculo. Esta energía, sin tener un lugar a donde ir, retorna y se re inviste en órganos ó sistemas orgánicos y aparece en la forma de quejas somáticas, dolor ó rumiaciones del pasado.


Las pérdidas son manejadas con la negación, la sobrecompensación ó la proyección. Se quejan con frecuencia de que alguien los engaña, les miente ó los roba. Esto se entiende como una respuesta casi siempre hacia los cuidadores principales como una reacción a la pérdida de control de su vida, a la pérdida de independencia ó de autosuficiencia.


La estructura narcisista se ve afectada, según Kohut, el narcisismo es la investidura emocional del yo. Su antítesis, el objeto amoroso, es la investidura emocional en otros. Entonces hay formas saludables y formas enfermas en la expresión del narcisismo. Las interacciones psicopatológicas madre-infante en etapas críticas del desarrollo pueden causar defectos posteriores en la apreciación del sí mismo, en la autoestima, en la regulación de las relaciones interpersonales y en la propensión a la vergüenza, la depresión y la ira.


Por un lado, sutilmente nos permite observar como son los problemas en esta etapa de la vida y por otro que la vida sigue, las vicisitudes se van superando retratando a la vejez sin exageraciones, también como una etapa de vulnerabilidad, pero vivible cuando existen los vínculos humanos a pesar de las diferencias y de los narcisismos.


Simbólicamente la película plantea un paralelismo entre la ópera de Verdi y algunos pasajes de las vidas de los protagonistas del film. Lo que los reunifica, lo que repara, lo que alivia es Verdi, la celebración de un aniversario más, y Rigoletto, la puesta en escena, ese momento que alguna vez compartieron y que  lo que los hizo “leyenda”, a los cuatro”…………..muchos años atrás. Los temas principales de la melodramática ópera son el amor filial, la pasión, el engaño y la venganza, mismos ingredientes presentes en la trama del film.


Sissy: Una tierna y dulce mujer, insegura, inquieta, virtuosa, pero ajena a su virtuosimso por la realidad biológica; cargando objetos transicionales como una necesidad de conservar cierto control en la vida. Los episodios de desconexión y de conductas regresivas en momentos críticos reflejan su vulnerabilidad e hipersensibilidad al rechazo, a la hostilidad y al conflicto. Cissy sufre de una demencia multinfarto típica. Encarna la generosidad y la bondad, siempre tiene algo dulce que brindar a los demás.


Wilb: Representa magistralmente la parte primitiva del hombre,  el famoso “id” o “ello” freudiano, en el que la vida instintiva permea por todos lados en su irrefrenable búsqueda del principio del placer, solamente explicable como consecuencia de un evento vascular cerebral que inhibe la función de la corteza del lóbulo frontal y sus conexiones y entonces se muestra desinhibido, verborreico, exaltado, indiscreto sexualmente. Sin embargo Wilb conserva funciones como el sentido del humor, la solidaridad, una energía vital contagiosa, funciones que le permiten establecer un equilibrio, una presencia necesaria para la consolidación del cuartero. Wilb es además una suerte de opuesto. Opuesto a Reggie de varias maneras así como Sissy es también en varios aspectos opuesta a Jean. Esta posibilidad de observar los aspectos contrarios en las personalidades abre la esperanza para considerar que la convivencia y la cordialidad son posibles en la medida en que las personas pueden trascender sobre todo las tendencias narcisistas, fundamentalmente la hostilidad y el egocentrismo. Aún y dentro de lo socialmente incorrecto de las conductas de Wilb, él nos recuerda que no importa el tiempo…………..y que la única obligación que el ser humano tiene es el de aprender a gozar de la vida.


Gene: Personifica al personaje que se encuentra en una transición, el paso de una existencia solitaria, independiente y autónoma a una de convivencia y de dependencia de otros, con las resistencias que conlleva.  Es la “diva” por excelencia, ambiciosa,  orgullosa por sus doce salidas al escenario de los aplausos, escuchándose a sí misma en los discos de azabache de larga duración, escéptica y distante a su llegada a la casa Beecham. Temerosa, angustiada y furiosa por resistirse a aceptar lo inaceptable. Las etapas descritas de Kübler Ross a propósito de las pérdidas se pueden apreciar con nitidez en distintos pasajes de la película.


De manera altiva y orgullosa espera el reconocimiento y las atenciones de los demás, particularmente de Riggie, su ex esposo, a quien abandonó por otra relación según ella por extralimitarse con champaña, con la expectativa de que no le guarde sentimientos negativos. En el proceso de duelo, en la soledad (llama la atención que los personajes del cuartero, parecen no tener ningún familiar pues se consagraron a su carrera artística),  son los vínculos los que hacen reaccionar a Gene y modificar sus rasgos de carácter rígidos reconociendo sus errores, sobre todo en relación a sus elecciones de objeto amoroso y de las relaciones interpersonales.


Riggie: Representa al hombre melancólico, reflexivo, introvertido. Con actitudes de protección patriarcal hacia Wilf principalmente y hacia Sissy. Sin la posibilidad de elaborar la pérdida de su pareja cargado de amargura y resentimiento, vive en la casa Beecham. Su relación con un grupo de jóvenes con quienes sostiene intercambio académico le permite estar en contacto y mantener relaciones armónicas y empáticas mostrando su estructura flexible a pesar de su tristeza crónica. Parece que se ha resignado a vivir su vida de la misma manera y es sorprendido por la presencia de su ex esposa que modifica las expectativas presentes y futuras. Al no haber elaborado su pérdida, lo acosan emociones que no puede balancear mostrándose confuso, enojado, y  triste hasta que se permite la expresión de esas emociones suprimidas llevándolo a un estado emocional de rencuentro y de reconciliación con su al parecer único amor. 


La participación de los jóvenes en el film y su interacción con los viejos resulta una combinación estimulante, enriquecedora y en la medida en que prevalece el respeto recíproco la película integra a la humanidad, en el sentido de que refleja los problemas humanos en todas las edades y en todos los estadios de la vida pudiendo estos “transitarse” si existe empatía, respeto y por supuesto amor.


Esta convivencia permite una solución humana distinta de las alternativas que se pregonan en la modernidad actual como lo plantean esos líderes de opinión influidos por gurús de los negocios ó de las revistas de moda en esta modernidad  hiperracional, anónima, despersonalizada, que divide sin problemas la responsabilidad y la racionalidad del hombre, fragmenta a la sociedad en átomos y se torna incomprensible para cualquier persona común.


En un párrafo escrito por Zygmunt Bauman, una de las mentes mas críticas hacia la sociedad actual y al mundo globalizado nos sugiere como en una receta, la fórmula de la felicidad y el amor: “descubrirás mi nombre y lo sabrás todo de mí, pero no estoy totalmente seguro de querer saberlo todo sobre mí mismo, si ese descubrimiento tiene lugar sin ti: Si es contigo, entonces perfecto, estoy preparado.”

por Dr. Mauricio Cortina y Psic. Guadalupe Sánchez Enríquez 13 de febrero de 2025
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por Guadalupe Sánchez 16 de febrero de 2021
¿Por qué lastimamos al personal de salud? Guadalupe Sánchez Semsoac. Julio 2020 La emergencia causada por la enfermedad Covid-19 es un período atípico que altera el estado emocional produciendo angustia por el miedo a morir que reprimimos en la vida cotidiana. Vivimos un malestar social, una condición de trauma social porque no podemos darle un lugar en nuestra propia mente. Se incorpora la experiencia en fragmentos que, inconscientemente se rechazan y que suelen ser dirigidos hacia el exterior, hacia quienes encarnan más vulnerabilidad como el personal de salud. Queremos comprender por qué en México se dan ataques al personal médico y de enfermería a pesar de los llamados a no discriminar, en contraste con otros países en donde se les aclamó espontáneamente como héroes. El psicoanálisis ofrece algunas aproximaciones. La agresión en contra del personal de salud, es una reacción exacerbada de ansiedad insertada en una paradoja para algunos irresoluble: atacar a quien nos puede salvar. Se trata de un estado interno de desorganización mental que carece de la habilidad para discernir cuál es la fuente de peligro o cuál de salvación, porque en estos contextos ambas pueden ser encarnadas en la misma persona como ocurre con las figuras cuidadoras de los infantes que son al mismo tiempo figuras amenazantes. Este paso al acto es un ataque concreto impulsivo e irracional, desesperado por auto preservarse y que trata de eliminar al que cree es agente del mal, percibido como el objeto malo, de odio, culpable de su sufrimiento, disociando lo bueno de lo malo y sin la posibilidad de integrar esos aspectos. El fenómeno va mucho más allá de una discriminación consciente y es más complejo por las motivaciones inconscientes derivadas por una historia socioafectiva previa y un carácter determinado por la situación social económica y cultural en que se creció. En México traemos una historia social de mucha violencia, además una historia de muchos años atrás de maltrato por parte del personal de salud a las y los derechohabientes debido a la falta de recursos en el sistema público de salud. La pandemia re-traumatiza, ¿podrán cuidar de mí para no morir? Observamos respuestas narcisistas de dos tipos. Por un lado, una respuesta narcisista benigna y adaptativa a las distintas etapas de la pandemia, que, aunque niega temporalmente lo que está pasando: “a mí no me va a pasar”, “yo no me voy a morir” que reta inicialmente, pero que evoluciona y enfrenta eventualmente las señales de la realidad. La segunda es una respuesta narcisista de tipo maligna no adaptativa, que es delirante, persecutoria, y que, según Freud, yace en los mecanismos más inconscientes y primitivos de todos los seres humanos que implica omnipotencia del pensamiento, con vivencias de daño, castigo y violencia que destruye. Consideramos que las personas con una historia biofi lica y amorosa serán solidarios, cuidadosos de los demás y podrán tolerar con mayor fuerza esta adversidad. En cambio, cuando vemos estas respuestas violentas encontramos que la desesperanza es alta. Cuando hay desesperanza para poder cambiar la realidad, se es más propenso a lastimar a nuestros seres significativos. Esta aproximación nos permite concientizar que en situaciones extremas nadie está exento de sentir desesperación frustración e impotencia y pasar inconscientemente a la agresión. También es una invitación a que es posible conscientemente tomar acciones balanceadas para “aplanar la curva de la discriminación”. Psicoanalista del Seminario de Sociopsicoanálisis A.C. Agradezco a mis colegas: Dr. Juan José Bustamante, Dra. Patricia González y Dra. Angelica Rodarte su colaboración para esta reflexión. lupssan@hotmail.com
por Patricia González y Guadalupe Sánchez 16 de febrero de 2021
Las guardianas de la salud Tiempos de covid19 en México Patricia González Duarte y Guadalupe Sánchez Seminario de Sociopsicoanálisis AC (Semsoac) Miembros Fundadoras. Julio 2020 Vivir bajo una condición de emergencia sanitaria, una contingencia que nos confronta todos los días con la muerte, se vuelve una condición de trauma para los ciudadanos y para el personal de salud en especial. Las enfermeras, los enfermeros, así como el maestro y las maestras que gozaron en el pasado de una posición de respeto en la sociedad, se fue perdiendo con la modernidad, incluso se infravaloró. ¿Cómo y cuándo se perdió el vínculo con las enfermeras? En medio de esta infravaloración llegaron a la actual crisis sanitaria. Un mes después de que comenzó la pandemia, en Abril 2020, se supo por los medios de comunicación de agresiones al personal de salud, muestras nada solidarias; se les agredió física, social y psicológicamente, se les discriminó, amenaza y hostigó. Los daños iban desde un improperio hasta arrojarles bebidas calientes o cloro, o bien golpearles en un caso, en cuya defensa la enfermera se fracturó dos dedos. Se amenazó en una ocasión con prender fuego a un hospital si se reconvertía a Covid o se les negó la entrada a lugares públicos como supermercados, al transporte público e incluso que entraran a su domicilio. Los agresores fueron hombres o mujeres desconocidos, extraños en la calle, familiares de pacientes hospitalizados o bien de entre el mismo personal de salud e conflicto por tanto estrés laboral. Se trata de un fenómeno que sorprendió al mundo. Proviene de la ignorancia dicen los comentaristas y de los fuertes prejuicios por discriminación. En realidad psicológicamente proviene de un psiquismo con un complejo funcionamiento narcisista que demuestra graves errores de juicio y falta de objetividad, por el miedo extremo a l a enfermedad y a la muerte imposible de regular. La falta de control de impulsividad les lleva a cruzar los límites de lo socialmente aceptado y permitido. La angustia extrema inculpa a las enfermeras de diseminar el virus “a mí no me va a contagiar” antes los lastimo, lo cual causa socialmente indignación. Las guardianes de la salud fueron así estigmatizadas y violentadas. Al mismo tiempo en contraste, han surgido por parte tanto del gobierno, como de empresas privadas, así como de la ciudadanía estrategias para combatir la estigmatización, y frenar la agresión, sensibilizando sobre su difícil situación, valorando su labor, proponiendo en redes sociales y en los medios de comunicación, reconocimiento, a través de aplausos, serenatas y menciones, se pide agradecimiento (en algunas colonias como la de Valle se les celebra como en España) solidaridad y protección, poniendo a su disposición transporte y hospedaje en cuartos de hoteles o en Los Pinos así como alimentación. En México nos tocó la pandemia 2020 en un año de transición de un nuevo gobierno democrático elegido en junio de 2018 y que tomó posesión en diciembre de 2019, en la cual, el personal de salud cobre un papel el más relevante. Atiende a los enfermos de Covid-19 presentando, desde nuestro punto de vista, un sufrimiento emocional incalculable. Además del alto estrés laboral exigidos por la emergencia más allá de sus fuerzas para realizar sus propias tareas dentro del hospital, el dolor de verse contagiados o sus compañeros o el duelo que se pospone cuando colegas mueren por contagio, el agobio de extremar precauciones y la necesidad de estar hiper atentos para realizar adecuadamente los procedimientos de protección y prevención contra el contagio. Descuidarse es un peligro latente para a su vez ,no contagiar a su familia con la que viven. Es importante señalar que cuando se agrede a un solo integrante de la salud o muere por contagio, el dolor termina siendo para todo el gremio. El personal de salud ha reaccionado a través de su jefa solicitando en las conferencias de salud y hasta con lágrimas respeto, que les permitan trabajar con tranquilidad, hacer lo que saben hacer. La tristeza y el coraje que sienten tienen que ser reprimidos manifestándose en molestias físicas y síntomas psicopatológicos ya que no pueden responder con violencia ni expresar sus emociones, se saben indispensables y cruciales en este momento en el desempeño de sus funciones a favor de la vida. Históricamente el personal de enfermería, ha luchado desde el siglo pasado para que se les considere como profesional calificado para dar cuidados de calidad. Tienen arriba de ellas una jerarquía médica de carácter autoritario predominantemente, aunque sean licenciadas en enfermería, algunas con estudios de postgrado. Son responsables de los enfermos y su privacidad, el contacto con la familia, el principal enlace entre esta familia y el paciente. En muchas ocasiones guían y son el soporte y respaldo de médicos internos, residentes y personal de base, no son meras ayudantes dependientes de ellos para realizar sus procedimientos, suelen ser proactivas y tener iniciativas y recibir la alta demanda emocional de los familiares. En general, son sensibles y desarrollan mecanismos de defensa ante el dolor físico y emocional, reducen y o tratan de evitar el sufrimiento humano, ayudan a prolongar la vida, controlan riesgos, también su objetivo es curar enfermedades, así como rehabilitar, recuperar y promover la salud. Suelen ser receptivas y sensibles ante la ansiedad, depresión e incertidumbre y mucho más ahora con el paciente Covid 19 hospitalizado, grave e intubado. Como la investigación ha revelado, las cuidadoras (mayoritariamente mujeres) de personas enfermas, con discapacidad o vejez, están expuestas a lo imprevisto, a la muerte y por supuesto al burnout o desgaste profesional y es natural e inevitable que vayan desarrollando mecanismos de defensa que les lleva a reaccionar muchas veces con distancia, frialdad o indiferencia. Cada vez que una persona muere, el personal de enfermería se enfrenta de manera inconsciente con su propia muerte y vulnerabilidad, sus emociones oscilan entre su servicio ´el deber de la vida y la conciencia de morir´. Su rol es parecido al de una madre. Pero permitámonos conocer según nuestra experiencia tratando en psicoterapia a enfermeras y médicas, cómo es un día hábil en la presente emergencia y así comprender la mística y vocación de estas profesionales de la salud, su parte humana. Durante el día laboral en sus ocho horas de trabajo-que se convierten en más horas dado que se ayudan entre sí- no comen, no duermen, no toman agua y no van al baño y no lo hacen porque tienen que vestirse, con tres o cuatro capas de ropa esterilizada con la que se están protegiendo y prefieren no moverse, ni quitarse los gogles, caretas o guantes, ya que tardarían mucho más de lo que se tardan habitualmente. No quieren desperdiciar material que tiene que irse a la basura especial o volver a ser después esterilizado. Tampoco se sientan porque las condiciones de atención a un enfermo pueden cambiar súbitamente. Se quejan de problemas varios, como de várices, o inflamación cuando diariamente tienen que estar haciendo otros procedimientos, dentro del hospital, de preparar cadáveres para que se los lleven, ayudar a la identificación, etc. Además, enfrentan pacientes que se ponen nerviosos porque no ellos dicen no saber si hablan con un hombre o una mujer, no se ve la cara ni las expresiones faciales, razón por la cual decidieron portar un gafete con fotografía y su nombre. Lo que más les preocupa y da miedo es la intubación endotraqueal, porque se abren las vías respiratorias y se exponen directamente frente al virus. Comentan que también platican con sus pacientes sobre su vida, sus preocupaciones y ofrecen contención de manera intuitiva a las emociones derivadas del aislamiento y de la separación brusca de su familia, por si fuera poco, y con las energías que les quedan sirven de enlace entre pacientes y familia a través del celular. Todo lo anterior les trae consecuencias que es necesario conocer para brindarles el reconocimiento que merecen por este sacrificio único y especial que les toca inevitablemente. Las mascarillas ejercen presión sobre el cuello, les jala hacia delante y las encorva, la presión sobre los músculos de la cara les deja marca y a algunas pieles les hace heridas, los lentes además de empañarse lesionan la piel, las batas protectoras los mantiene permanentemente húmedos por el calor del cuerpo y el sudor, los dedos de tan húmedos que quedan se les forman pequeñas heridas. También con los hombres está sucediendo esto. Como consecuencia de lo anterior, algunos miembros del equipo de salud desarrollan dermatosis, se deshidratan, están presentando problemas renales, es decir la están pasando muy mal lo que tiene incluso consecuencias psicológicas, experimentan signos de depresión, ideas de muerte, agotamiento, desesperación, ataques de pánico y requieren contención y apoyo psicoterapéutico. Como profesionales de la salud mental recomendamos la necesidad de darles apoyo y contención emocional por el estrés laboral y toda la carga psicológica que cotidianamente enfrentan durante esta situación de crisis, para evitar que pierdan la confianza, la seguridad y la esperanza. El tema requiere realizar la investigación conducente para comprender y prevenir fenómenos sociales como este.
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