ARRÁNCAME LA VIDA

SALVADOR MILLÁN


Los que sobreviven en la lucha arrancándose la vida por y para mostrar su pasión sobre los otros aun se dan el tiempo de indicar junto a quien querrán  quedar sepultados cuando regresen a la tierra. Así es la parodia de esta puesta en pantalla.

 

La película nos muestra como una adolescente inexperta ingresa a su laberinto pasional.  En la antigua isla griega Knossos, el minotauro, deidad humanizada, representada por un cuerpo humano y una cabeza de toro, vivía ahí en su laberinto a la espera de la fémina para cumplir su misión y engendrar un hijo.  Por lo que en la antigua Creta entrar al mismo se sabía de antemano el enfrentamiento a él. La salida, burlando al minotauro, era llevar un cordel/guía para evitar el infortunio saliendo de ahí.


En la película el dialogo de la niña/púber muestra su inexperiencia; ella asustada pregunta, ¿cómo se siente? cada quien va aprendiendo, le replica el Tauro.


Cuando ella acude al oráculo regional, mezcla de sabiduría/brujería y de una  gran capacidad de sugestión/persuasión, le explica de manera practica manoteando sobre sus propias partes genitales y afirmando a la vez, aquí esta el centro. Ya en su práctica nocturna Catalina, la púber, entrará al autoerotismo.  ¿Qué edad tendría…llegaba a los 16 años? Sneider, el director, resalta con esto a un mito regional y plantea una pregunta, ¿Por qué a esa edad la joven vivía ajena de su sexualidad?

 

En una tesis de cien años atrás, Breuer y Freud basaron sus estudios sobre la Histeria o frigidez sexual, en jóvenes en las que encontraron que debido a que proyectaban la idealización amorosa a sus padres y queriéndolo mantener vivo, a pesar de su muerte, experiencia que asumían cuando ellas se encontraban justo en el inicio de su propia sexualidad. Por su práctica autoerótica las jóvenes mostraban diversos síntomas, desde parálisis transitorias del brazo ejecutor, trastornos visuales, cegueras, sensaciones de miedo y ansiedad y fenómenos conversivos mayores, parálisis de piernas o pérdidas transitorias de la propia consciencia, desmayos. Síntomas explicables a la interrupción de su crecimiento, que explicaban dinámicamente los autores, como el descubrimiento de lo que confirmaban como   ausencia de una respuesta sexual normal.

Agreguemos ahora a esos pormenores, la negligencia de los padres. Actitud de indiferencia o frialdad para orientar y percatarse del desarrollo de la sexualidad infantil, excediendo al mostrarse particularmente ajenos a sus hijos. Es claro que, por la localización de la película, Puebla, quizá abría que añadir el factor regional, ligado con una ideología mestizante con el pregono de consignas a un Vaticano a distancia, lo que traduce que un problema de desarrollo humano cambie por una ceguera histérica colectiva.

 

Por su lado, el Tauro, Andrés propone, compite y al manifestarse cumple. Se muestra lejos de Roma y más cerca de Mahoma. Puede casarse con mas de una mujer, siempre y cuando cuide de ellas, las defienda y preteje, lo que atañe también a la/su descendencia. Donde el primogénito y su primera mujer se distinguen sobre los subsecuentes.


La película muestra una apología sobre el ambiente político. El poder entre militares y poderosos/ricos civiles en la época post revolucionaria, 1945, inmediatamente después del periodo en que se vivió la mayor orientación de reparto social. Si duda que el acomodo de la nueva clase y la relación con un presidente católico poblano dispararon los nuevos roles políticos. 


Lo que atañe en la vida privada de los participantes, donde se muestra de manera central cuando por razones de competencia los hermanos varones compite, a semejanza de lo que originalmente desencadeno la lucha de los hermanos bíblicos, mostrando su rivalidad. En la película la rivalidad se desata por la predilección al hijo menor lo determina la lucha por el amor materno, quien prefería al “gordo.”, como menciono Andrés. En la película afloran también las consecuencias de la pareja con sus luchas emocionales, rivalidad por celos, odio y con  desesperanza y el ejercicio de la destrucción.


Las relaciones pasionales se fundamentan en los sentimientos de sufrimiento. No son ajenas a la exposición dentro del contexto social. En la época de la película se mantenía una moral familiar y un acomodo ideológicos ligado a la alta burguesía socialmente aceptada. Así se lucían en acontecimientos privados para ser visto en lo público… desde lejos.


En la época actual representaciones sadomasoquistas son el colorido diario de noticias de revistas, de televisión, sobre lo que sucede en las vidas de los sobresalientes, incluidos los artistas y por el propio deseo de exhibición, No fue ajeno a esto el proceso que sufrió el director de cine polaco, franco suizo, Polanski, quien en sus películas proyectaba lo que mostraba después en su propio modo de vida. La misma extradición que sufrió por una verdadera o falsa acusación de violación de una menos en California años atrás, que le hizo padecer de una tenaz justicia persecutoria por castigar.


En el Vaticano se hicieron sordos ante las demandas de violación, también aparecidas en los medios, por las violaciones del Legionario mayor sobre sus súbditos estudiantes.

 

En la película, Andrés acepta los retos y gratifica al padre de Catalina por su acción es consecuente y se casa con ella, claramente se deslinda de ese padre cuando advierte… yo digo que va a desayunar mi hija y que no va a desayunar…. Y así será, por lo que Catalina durante su embarazo está ya planteando su competencia.


No sabemos, pero lo logra, Sneider nos mostró con las escenas de los Cempasúchiles que el camino de ella con Carlos había llegado a su final cuando la flores son para recordar a los muertos el retorno al lugar de su origen


Te amole la vida le dijo Andrés en una escena final antes de tomarse los hongos venenosos que él sabia, agrega, no te preocupes. quedas protegida y además repartes y les das a esta y a la otra, esto mas aquello. Antes de dormir emitirá su sentimiento mas profundo y que muestra su motivo mas profundo de vida lo que lo movía e impulsaba en esa campaña de guerra de toda su vida. Expresó: me entierras junto a mi madre…….   que caray!!!! Y afirma ¡Siempre quiso mas al gordo!  Dejando claro que no confiaba en la mujer porque nunca fue amado por su madre. No sentiría amor de ninguna mujer a partir de sentirse huérfano del amor de su origen.

por Dr. Mauricio Cortina y Psic. Guadalupe Sánchez Enríquez 13 de febrero de 2025
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por Guadalupe Sánchez 16 de febrero de 2021
¿Por qué lastimamos al personal de salud? Guadalupe Sánchez Semsoac. Julio 2020 La emergencia causada por la enfermedad Covid-19 es un período atípico que altera el estado emocional produciendo angustia por el miedo a morir que reprimimos en la vida cotidiana. Vivimos un malestar social, una condición de trauma social porque no podemos darle un lugar en nuestra propia mente. Se incorpora la experiencia en fragmentos que, inconscientemente se rechazan y que suelen ser dirigidos hacia el exterior, hacia quienes encarnan más vulnerabilidad como el personal de salud. Queremos comprender por qué en México se dan ataques al personal médico y de enfermería a pesar de los llamados a no discriminar, en contraste con otros países en donde se les aclamó espontáneamente como héroes. El psicoanálisis ofrece algunas aproximaciones. La agresión en contra del personal de salud, es una reacción exacerbada de ansiedad insertada en una paradoja para algunos irresoluble: atacar a quien nos puede salvar. Se trata de un estado interno de desorganización mental que carece de la habilidad para discernir cuál es la fuente de peligro o cuál de salvación, porque en estos contextos ambas pueden ser encarnadas en la misma persona como ocurre con las figuras cuidadoras de los infantes que son al mismo tiempo figuras amenazantes. Este paso al acto es un ataque concreto impulsivo e irracional, desesperado por auto preservarse y que trata de eliminar al que cree es agente del mal, percibido como el objeto malo, de odio, culpable de su sufrimiento, disociando lo bueno de lo malo y sin la posibilidad de integrar esos aspectos. El fenómeno va mucho más allá de una discriminación consciente y es más complejo por las motivaciones inconscientes derivadas por una historia socioafectiva previa y un carácter determinado por la situación social económica y cultural en que se creció. En México traemos una historia social de mucha violencia, además una historia de muchos años atrás de maltrato por parte del personal de salud a las y los derechohabientes debido a la falta de recursos en el sistema público de salud. La pandemia re-traumatiza, ¿podrán cuidar de mí para no morir? Observamos respuestas narcisistas de dos tipos. Por un lado, una respuesta narcisista benigna y adaptativa a las distintas etapas de la pandemia, que, aunque niega temporalmente lo que está pasando: “a mí no me va a pasar”, “yo no me voy a morir” que reta inicialmente, pero que evoluciona y enfrenta eventualmente las señales de la realidad. La segunda es una respuesta narcisista de tipo maligna no adaptativa, que es delirante, persecutoria, y que, según Freud, yace en los mecanismos más inconscientes y primitivos de todos los seres humanos que implica omnipotencia del pensamiento, con vivencias de daño, castigo y violencia que destruye. Consideramos que las personas con una historia biofi lica y amorosa serán solidarios, cuidadosos de los demás y podrán tolerar con mayor fuerza esta adversidad. En cambio, cuando vemos estas respuestas violentas encontramos que la desesperanza es alta. Cuando hay desesperanza para poder cambiar la realidad, se es más propenso a lastimar a nuestros seres significativos. Esta aproximación nos permite concientizar que en situaciones extremas nadie está exento de sentir desesperación frustración e impotencia y pasar inconscientemente a la agresión. También es una invitación a que es posible conscientemente tomar acciones balanceadas para “aplanar la curva de la discriminación”. Psicoanalista del Seminario de Sociopsicoanálisis A.C. Agradezco a mis colegas: Dr. Juan José Bustamante, Dra. Patricia González y Dra. Angelica Rodarte su colaboración para esta reflexión. lupssan@hotmail.com
por Patricia González y Guadalupe Sánchez 16 de febrero de 2021
Las guardianas de la salud Tiempos de covid19 en México Patricia González Duarte y Guadalupe Sánchez Seminario de Sociopsicoanálisis AC (Semsoac) Miembros Fundadoras. Julio 2020 Vivir bajo una condición de emergencia sanitaria, una contingencia que nos confronta todos los días con la muerte, se vuelve una condición de trauma para los ciudadanos y para el personal de salud en especial. Las enfermeras, los enfermeros, así como el maestro y las maestras que gozaron en el pasado de una posición de respeto en la sociedad, se fue perdiendo con la modernidad, incluso se infravaloró. ¿Cómo y cuándo se perdió el vínculo con las enfermeras? En medio de esta infravaloración llegaron a la actual crisis sanitaria. Un mes después de que comenzó la pandemia, en Abril 2020, se supo por los medios de comunicación de agresiones al personal de salud, muestras nada solidarias; se les agredió física, social y psicológicamente, se les discriminó, amenaza y hostigó. Los daños iban desde un improperio hasta arrojarles bebidas calientes o cloro, o bien golpearles en un caso, en cuya defensa la enfermera se fracturó dos dedos. Se amenazó en una ocasión con prender fuego a un hospital si se reconvertía a Covid o se les negó la entrada a lugares públicos como supermercados, al transporte público e incluso que entraran a su domicilio. Los agresores fueron hombres o mujeres desconocidos, extraños en la calle, familiares de pacientes hospitalizados o bien de entre el mismo personal de salud e conflicto por tanto estrés laboral. Se trata de un fenómeno que sorprendió al mundo. Proviene de la ignorancia dicen los comentaristas y de los fuertes prejuicios por discriminación. En realidad psicológicamente proviene de un psiquismo con un complejo funcionamiento narcisista que demuestra graves errores de juicio y falta de objetividad, por el miedo extremo a l a enfermedad y a la muerte imposible de regular. La falta de control de impulsividad les lleva a cruzar los límites de lo socialmente aceptado y permitido. La angustia extrema inculpa a las enfermeras de diseminar el virus “a mí no me va a contagiar” antes los lastimo, lo cual causa socialmente indignación. Las guardianes de la salud fueron así estigmatizadas y violentadas. Al mismo tiempo en contraste, han surgido por parte tanto del gobierno, como de empresas privadas, así como de la ciudadanía estrategias para combatir la estigmatización, y frenar la agresión, sensibilizando sobre su difícil situación, valorando su labor, proponiendo en redes sociales y en los medios de comunicación, reconocimiento, a través de aplausos, serenatas y menciones, se pide agradecimiento (en algunas colonias como la de Valle se les celebra como en España) solidaridad y protección, poniendo a su disposición transporte y hospedaje en cuartos de hoteles o en Los Pinos así como alimentación. En México nos tocó la pandemia 2020 en un año de transición de un nuevo gobierno democrático elegido en junio de 2018 y que tomó posesión en diciembre de 2019, en la cual, el personal de salud cobre un papel el más relevante. Atiende a los enfermos de Covid-19 presentando, desde nuestro punto de vista, un sufrimiento emocional incalculable. Además del alto estrés laboral exigidos por la emergencia más allá de sus fuerzas para realizar sus propias tareas dentro del hospital, el dolor de verse contagiados o sus compañeros o el duelo que se pospone cuando colegas mueren por contagio, el agobio de extremar precauciones y la necesidad de estar hiper atentos para realizar adecuadamente los procedimientos de protección y prevención contra el contagio. Descuidarse es un peligro latente para a su vez ,no contagiar a su familia con la que viven. Es importante señalar que cuando se agrede a un solo integrante de la salud o muere por contagio, el dolor termina siendo para todo el gremio. El personal de salud ha reaccionado a través de su jefa solicitando en las conferencias de salud y hasta con lágrimas respeto, que les permitan trabajar con tranquilidad, hacer lo que saben hacer. La tristeza y el coraje que sienten tienen que ser reprimidos manifestándose en molestias físicas y síntomas psicopatológicos ya que no pueden responder con violencia ni expresar sus emociones, se saben indispensables y cruciales en este momento en el desempeño de sus funciones a favor de la vida. Históricamente el personal de enfermería, ha luchado desde el siglo pasado para que se les considere como profesional calificado para dar cuidados de calidad. Tienen arriba de ellas una jerarquía médica de carácter autoritario predominantemente, aunque sean licenciadas en enfermería, algunas con estudios de postgrado. Son responsables de los enfermos y su privacidad, el contacto con la familia, el principal enlace entre esta familia y el paciente. En muchas ocasiones guían y son el soporte y respaldo de médicos internos, residentes y personal de base, no son meras ayudantes dependientes de ellos para realizar sus procedimientos, suelen ser proactivas y tener iniciativas y recibir la alta demanda emocional de los familiares. En general, son sensibles y desarrollan mecanismos de defensa ante el dolor físico y emocional, reducen y o tratan de evitar el sufrimiento humano, ayudan a prolongar la vida, controlan riesgos, también su objetivo es curar enfermedades, así como rehabilitar, recuperar y promover la salud. Suelen ser receptivas y sensibles ante la ansiedad, depresión e incertidumbre y mucho más ahora con el paciente Covid 19 hospitalizado, grave e intubado. Como la investigación ha revelado, las cuidadoras (mayoritariamente mujeres) de personas enfermas, con discapacidad o vejez, están expuestas a lo imprevisto, a la muerte y por supuesto al burnout o desgaste profesional y es natural e inevitable que vayan desarrollando mecanismos de defensa que les lleva a reaccionar muchas veces con distancia, frialdad o indiferencia. Cada vez que una persona muere, el personal de enfermería se enfrenta de manera inconsciente con su propia muerte y vulnerabilidad, sus emociones oscilan entre su servicio ´el deber de la vida y la conciencia de morir´. Su rol es parecido al de una madre. Pero permitámonos conocer según nuestra experiencia tratando en psicoterapia a enfermeras y médicas, cómo es un día hábil en la presente emergencia y así comprender la mística y vocación de estas profesionales de la salud, su parte humana. Durante el día laboral en sus ocho horas de trabajo-que se convierten en más horas dado que se ayudan entre sí- no comen, no duermen, no toman agua y no van al baño y no lo hacen porque tienen que vestirse, con tres o cuatro capas de ropa esterilizada con la que se están protegiendo y prefieren no moverse, ni quitarse los gogles, caretas o guantes, ya que tardarían mucho más de lo que se tardan habitualmente. No quieren desperdiciar material que tiene que irse a la basura especial o volver a ser después esterilizado. Tampoco se sientan porque las condiciones de atención a un enfermo pueden cambiar súbitamente. Se quejan de problemas varios, como de várices, o inflamación cuando diariamente tienen que estar haciendo otros procedimientos, dentro del hospital, de preparar cadáveres para que se los lleven, ayudar a la identificación, etc. Además, enfrentan pacientes que se ponen nerviosos porque no ellos dicen no saber si hablan con un hombre o una mujer, no se ve la cara ni las expresiones faciales, razón por la cual decidieron portar un gafete con fotografía y su nombre. Lo que más les preocupa y da miedo es la intubación endotraqueal, porque se abren las vías respiratorias y se exponen directamente frente al virus. Comentan que también platican con sus pacientes sobre su vida, sus preocupaciones y ofrecen contención de manera intuitiva a las emociones derivadas del aislamiento y de la separación brusca de su familia, por si fuera poco, y con las energías que les quedan sirven de enlace entre pacientes y familia a través del celular. Todo lo anterior les trae consecuencias que es necesario conocer para brindarles el reconocimiento que merecen por este sacrificio único y especial que les toca inevitablemente. Las mascarillas ejercen presión sobre el cuello, les jala hacia delante y las encorva, la presión sobre los músculos de la cara les deja marca y a algunas pieles les hace heridas, los lentes además de empañarse lesionan la piel, las batas protectoras los mantiene permanentemente húmedos por el calor del cuerpo y el sudor, los dedos de tan húmedos que quedan se les forman pequeñas heridas. También con los hombres está sucediendo esto. Como consecuencia de lo anterior, algunos miembros del equipo de salud desarrollan dermatosis, se deshidratan, están presentando problemas renales, es decir la están pasando muy mal lo que tiene incluso consecuencias psicológicas, experimentan signos de depresión, ideas de muerte, agotamiento, desesperación, ataques de pánico y requieren contención y apoyo psicoterapéutico. Como profesionales de la salud mental recomendamos la necesidad de darles apoyo y contención emocional por el estrés laboral y toda la carga psicológica que cotidianamente enfrentan durante esta situación de crisis, para evitar que pierdan la confianza, la seguridad y la esperanza. El tema requiere realizar la investigación conducente para comprender y prevenir fenómenos sociales como este.
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